jueves, 25 de marzo de 2010

La incongruencia del sistema educativo nacional

La “Alianza por la educación” se sustenta en cinco ejes rectores: 1) la modernización de los centros escolares, 2) la profesionalización de los maestros y de las autoridades educativas, 3) el bienestar y el desarrollo integral de los alumnos, 4) formación integral de los alumnos para la vida y el trabajo, y 5) evaluar para mejorar.


Cada año, a partir de que se firmó la famosa “Alianza” se abrió a los egresados de cualquier escuela de formación profesional, su participación en el concurso de plazas para ingresar al Sistema Educativo Nacional o en su caso, otros concursan para la doble plaza.
Irónicamente se firmó la “alianza” entre el gobierno federal y el Sindicato Nacional de Trabajadores por la Educación contempla abatir el cáncer que presenta la educación y el sistema nacional, promoviendo una mejor capacitación a los docentes.
Sin embargo cuando acude cualquier universitario se le niega su participación en el concurso de ingreso pero la cuestión es ¿Los universitarios no tienen la misma capacidad que un normalista? ¿Tiene menos preparación un normalista? ¿Por qué se quejan los normalistas y exigen que se cree no se les de oportunidad a los universitarios? ¿Entonces el sistema creó un “candado” para evitar que los universitarios compitan junto con ellos y no generar tanta competitividad?
Paradójicamente el número de plazas que esa alianza contempla solamente representan el 20% según los especialistas en la materia (miembros investigadores del CIDE) a modo que los gobiernos estatales decidan unirse a dicha alianza, situación que se torna difícil puesto que sabemos que las plazas siguen siendo dadas por favoritismos o compadrazgos (1).

De igual manera se había contemplado la participación de los universitarios en dicho concurso pero resulta ahora que “ya no se permiten a los egresados de las universidades”.
Es incongruente que hayan creado ese candado puesto su sistema cuenta con algunos ingenieros y licenciados que no son precisamente egresados de la normal superior, escuela formadora de maestros.
Entonces ¿van a quitar del sistema a los ingenieros que ya están dentro del sistema? ¿Se les cambiará de categoría por ser ingenieros o proceder de otra escuela ajena a la formadora de docentes?
La cuestión que más hace ruido a los universitarios, seguramente, es ¿Por qué el concurso de plazas solamente contempla licenciados egresados de escuelas normalistas? Por que ni con maestrías de escuelas de formación docente se hace válida su participación en dicho concurso.
Se ha comprobado que pocos son los egresados de escuelas normales los que pasan los exámenes con un promedio digno (2). Esto demuestra que se seguirá viciando el sistema y la educación seguirá estando en detrimento pese a las miles de reformas que se implementen.
¿Y qué podemos decir de aquellos que concursan por la doble plaza? Si están en carrera magisterial nada más imaginen el salario que perciben solamente por estar bajo ese estimulo y al tener una doble plaza se duplica dicho salario.
También el programa de carrera magisterial ha demostrado ser un instrumento de evaluación viciado que se presta a favoritismo y estándares subjetivos. Solamente algo es cierto en esta “alianza por la educación” es que ahora se pugnará por evaluar constantemente a los docentes del sistema educativo.
Sin embargo los sistemas de evaluación con que cuentan tampoco representan un buen instrumento pues se tomará como referencia la prueba ENLACE y se le dará incentivos a los alumnos que pasen con buen promedio dicha prueba y por ende, al maestro también se le bonificará. (3)

Con esto se está consolidando lo que muchos ya habíamos pronosticado: la privatización de la educación. Simplemente observemos el número de escuelas que están abriéndose cada año y la incapacidad del sistema educativo y del mismo gobierno tanto federal como estatal para cumplir con lo que se ha propuesto.
Desde sexenios anteriores se está modernizando la educación, si mal no recuerdo desde el gobierno de Salinas de Gortari (aún estaba pequeña cuando esa época) y sigue siendo un tema al cual se destina fondos y más fondos pero de los cuales o no llegan o simplemente se destina para otras cosas.
Para que se privatice la educación solamente estorba el artículo tercero constitucional pero no dudo que se llegue a eliminar de una manera en la que nadie la verá pasar es por ello que necesitamos estar informados y tener una mentalidad crítica y analítica para exigir al gobierno nuestro derecho.
Sin embargo para aquellos que no confían en la educación que imparte el estado y que su salario no rebasa los 4 salarios mínimos al día, en vísperas de la privatización de la educación sobra decir, a aquellos que aún no tienen hijos o que sus hijos aun no ingresan al preescolar, que vayan juntando su “vaquita” para poder darles una educación de calidad a sus hijos, ya que el sistema sigue siendo congruente con sus metas a corto y mediano plazo, con sus múltiples reformas que cambian cada sexenio y que no se contextualizan hacia nuestra realidad social y política, además una reforma no toma un sexenio, toma tiempo poder medir los resultados y comprobar su eficacia y pertinencia para nuestro contexto.

Referencias:
(1) Raphael, R. Entrevista hecha por Denisse Dresser. Obtenido el día 9 de agosto de 2009 en http://www.yunqueland.com/2008/05/analisis-al-programa-alianza-para-la.html
(2) Dorado A., I. La alianza por la educación. Obtenido el día 9 de agosto de 2009 en http://www.contactox.net/index.php?option=com_content&task=view&id=719&Itemid=51
(3) Díaz B., Ángel. Alianza para la Educación ¿Una remembranza de éxitos y fracasos?. Obtenido el día 9 de agosto de 2009 en http://www.campusmilenio.com.mx/273/ensayos/alianza.php
Para más información sobre las incongruencias y otras cosas visita:
http://cinoticias.com/2008/09/03/%C2%BFalianza-por-la-calidad-o-por-la-privatizacion-de-la-educacion%E2%80%9D/